Hemos aprendido sobre el polen, qué es la alergia y qué es el sistema inmune pero, ¿por qué el polen produce alergia?
 


Nuestro cuerpo reacciona antes sustancias inofensivas como si fueran dañinas para el organismo y pone en marcha sus sistemas de defensa. Las sustancias que provocan la respuesta inmune se llaman alérgenos y el polen es un importante alérgeno para las personas aquejadas de polinosis (alergia al polen).

El polen que se encuentra en el aire, por su pequeño tamaño se pone en contacto con la conjuntiva del ojo y penetra por las vías respiratorias llegando hasta el interior de los pulmones, entrando en contacto íntimo con las mucosas y poniendo en marcha los mecanismos de defensa que provocan los síntomas alérgicos.




Para que una persona sea alérgica al polen debe de tener una respuesta inmunitaria de inmunoglobulinas IgE en su sangre y en la superficie de las células efectoras de mastocitos y basófilos. Estas células con la IgE en su superficie se encuentran circulando por la sangre o en la estructura de las mucosas. Al contacto con los pólenes del aire, las IgE forman unos puentes que destruyen la membrana de las células efectoras liberándose diversos mediadores.


El principal mediador es la histamina, la cual produce picor y salida de líquidos de los vasos sanguíneos a las mucosas y por ello se produce la hinchazón de las mismas.

Las personas que producen IgE contra los pólenes son un grupo especial que en general se les llama atópicos. Suele ser una tendencia familiar y por ello es frecuente encontrar en las familias a varios miembros con iguales síntomas.

 

La alergia al polen es más frecuente en personas jóvenes, aparece en la adolescencia, y tiende a mejorar a partir de los 50 años.