Los pólenes se captan con un aparato llamado Spore Trap. Este captador lleva una veleta que orienta la boquilla en la dirección de la que viene el viento. El aparato lleva además una bomba de vacío que aspira un flujo constante de aire a través de la boquilla, de forma que los pólenes impactan en una cinta plástica impregnada de vaselina que se encuentra situada en un cilindro que efectúa un giro completo cada semana.
Cada semana se cambia la cinta, y la cinta de la semana anterior se corta en fragmentos correspondientes a cada día de la semana. Cada fragmento se coloca en una placa de cristal, se tiñe con un colorante, se mira al microscopio y se identifican y cuentan los pólenes que se observan. De esta manera se pueden conocer, no sólo las concentraciones de cada polen observad, sino también el día e incluso la hora a la que dichas concentraciones se han producido.